Canción sin miedo
Il y a quelques jours, sur la route du retour du judo, la voix encore un peu rauque d’un rhume finissant, ma fille m’a chanté d’une traite et sans trembler la « Canción sin miedo », de Vivir Quintana, Mon Laferte et des femmes sud-américaines contre les féminicides.
Les paroles griffonnées sur une feuille de papier froissé dans sa poche, à peine quelques hésitations sur le flux des mots, mais l’accent tonique et une ferme conviction, ça m’a ému jusqu’au creux du ventre.
Un peu de rage et d’espoir – d’humble fierté aussi – c’est toujours bon à prendre en ces jours où l’obscurité gagne. Ça réchauffe et ça chasse la peur.
Que tiemble el Estado los cielos, las calles
Que tiemblan los jueces y los judiciales,
Hoy a las mujeres nos quitan la calma
Nos sembraron miedo, nos crecieron alas
A cada minuto, de cada semana,
Nos roban amigas, nos matan hermanas,
Destrozan sus cuerpos, los desaparecen
No olvides sus nombres, por favor, señor presidente
Por todas las compas marchando en Reforma
Por todas las morras peleando en Sonora
Por las comandantas luchando por Chiapas
Por todas las madres buscando en Tijuana
Cantamos sin miedo, pedimos justicia,
Gritamos por cada desaparecida
Que resuene fuerte : nos queremos vivas !
Que caiga con fuerza, el feminicida
Yo todo lo incendio, yo todo lo rompo
Si un día algún fulano te apaga los ojos
Ya nada me calla, ya todo me sobra
Si tocan a una, respondemos todas
Soy Claudia, soy Esther y soy Teresa
Soy Ingrid, soy Fabiola y soy Valeria
Soy la niña que subiste por la fuerza
Soy la madre que ahora llora por sus muertas
Y soy esta que te hará pagar las cuentas
Justicia ! Justicia ! Justicia !
Por todas las compas marchando en Reforma
Por todas las morras peleando en Sonora
Por las comandantas luchando por Chiapas
Por todas las madres buscando en Tijuana
Cantamos sin miedo, pedimos justicia
Gritamos por cada desaparecida
Que resuene fuerte : nos queremos vivas !
Que caiga con fuerza, el feminicida
Y retiemblen sus centros la tierra al sororo rugir del amor